Su misión es bien simple. Imprime y recorta unos papelitos en forma de rectángulo, se los guarda en la mochila y cada vez que detecta un cartel o una leyenda callejera que no esté escrita correctamente, él las corrige. Eso si, su especialidad son los acentos perdidos.
Este “justiciero callejero” se llama Pablo Zulaica Parra, es vasco, tiene 27 años y trabaja como redactor de publicidad en la agencia DDB México. En sus ratos libres se dedica a arreglar las faltas de ortografía en los carteles publicitarios de la ciudad.
“En Perú había una cartelera enorme firmada por el ministerio de Educación y decía “Tú progreso”, con tilde en la "u". Quizás no se dieron cuenta, pero no puede ser que tenga ese error ortográfico el gobierno. Ellos son los que tienen que dar el ejemplo”, cuenta enojado Pablo.
El blog Acentos Perdidos tiene todas las intervenciones del creativo. En principio, el "corrector" quería armar un libro sobre esta iniciativa pero por falta de presupuesto, la idea quedó en “stand by”. De todas maneras, Zulaica decidió hacerlo por su cuenta para darle una utilidad social. "Hoy prefiero no venderlo a ninguna editorial, para poder ponerle mi toque”, explica.
Así, el proyecto que surgió para nacer en papel terminó siendo un "boom" en la Web. El blog del publicista tuvo más de cuatro mil visitas en dos días y, a la semana, fue publicado en el reconocido diario Reforma de México. Además, otras personas de todos el mundo se unieron a “Acentos Perdidos” y hoy ya abrieron sus propias sucursales en Perú, Venezuela, Puerto Rico, Republica Dominicana, Colombia, Argentina (el encargado es Rodrigo Maidana, un estudiante de 18 años de La Plata), EE.UU., España y próximamente en Alemania y Chile.
Para llevar adelante este "programa de reinserción de acentos en la vía pública" Zulaica pide permiso. Si se trata de un comercio o local particular, trata de hablar con sus dueños para hacerles notar el error. Ahora bien, si la publicidad pertenece a alguna marca importante o campaña política, Pablo lo resalta con más entusiasmo.
“Un ejemplo claro es el de Telefonica. Dicen que no le pusieron el acento a la 'o' por una cuestión de diseño. La verdad no creo que la ortografía tenga que estar sujeta a eso”, opina el redactor, quien aclara que los políticos son los que más errores cometen, al menos en las faltas de ortografía.
Este “justiciero callejero” se llama Pablo Zulaica Parra, es vasco, tiene 27 años y trabaja como redactor de publicidad en la agencia DDB México. En sus ratos libres se dedica a arreglar las faltas de ortografía en los carteles publicitarios de la ciudad.
“En Perú había una cartelera enorme firmada por el ministerio de Educación y decía “Tú progreso”, con tilde en la "u". Quizás no se dieron cuenta, pero no puede ser que tenga ese error ortográfico el gobierno. Ellos son los que tienen que dar el ejemplo”, cuenta enojado Pablo.
El blog Acentos Perdidos tiene todas las intervenciones del creativo. En principio, el "corrector" quería armar un libro sobre esta iniciativa pero por falta de presupuesto, la idea quedó en “stand by”. De todas maneras, Zulaica decidió hacerlo por su cuenta para darle una utilidad social. "Hoy prefiero no venderlo a ninguna editorial, para poder ponerle mi toque”, explica.
Así, el proyecto que surgió para nacer en papel terminó siendo un "boom" en la Web. El blog del publicista tuvo más de cuatro mil visitas en dos días y, a la semana, fue publicado en el reconocido diario Reforma de México. Además, otras personas de todos el mundo se unieron a “Acentos Perdidos” y hoy ya abrieron sus propias sucursales en Perú, Venezuela, Puerto Rico, Republica Dominicana, Colombia, Argentina (el encargado es Rodrigo Maidana, un estudiante de 18 años de La Plata), EE.UU., España y próximamente en Alemania y Chile.
Para llevar adelante este "programa de reinserción de acentos en la vía pública" Zulaica pide permiso. Si se trata de un comercio o local particular, trata de hablar con sus dueños para hacerles notar el error. Ahora bien, si la publicidad pertenece a alguna marca importante o campaña política, Pablo lo resalta con más entusiasmo.
“Un ejemplo claro es el de Telefonica. Dicen que no le pusieron el acento a la 'o' por una cuestión de diseño. La verdad no creo que la ortografía tenga que estar sujeta a eso”, opina el redactor, quien aclara que los políticos son los que más errores cometen, al menos en las faltas de ortografía.