Una empresa argentina tuvo una idea: agarrar heladeras viejas y personalizarlas a gusto del cliente. Una buena propuesta para destacarse en tiempos de fabricación en serie.
La decoración de vanguardia rompe con la igualdad de estos tiempos. El ingenio de jóvenes creativos le otorga un poco de singularidad al mundo de hoy. Ya no hace falta comprarse la “revista de deco” para poder imitar el living o la cocina soñada. La calidad del ambiente, el diseño de los muebles y objetos de la casa pueden tener un toque especial, personal. Como la vieja y consagrada heladera Siam con la imagen de Charles Chaplin en su puerta frontal. No, no es un delirio snob. Es la posibilidad de tener un objeto único en el mundo.
"Nuestro trabajo es fusionar algo técnico y transformarlo en un objeto de arte y pieza única. El desafío principal es reciclar o restaurar heladeras antiguas a gusto del cliente”, contó el diseñador y técnico Sebastian Gómez Peressini, dueño de Arte con Hache, y uno de los responsables de devolverle "vida" a la vieja heladera de la abuela.
La idea nació hace cuatro años con el fin de darle un toque estético a algo que parecía no tenerlo. El primer diseño de heladera "tuneada" fue con el cuadro de la Gioconda. Luego se fueron incorporando diferentes técnicas sobre distintos materiales a pedido del cliente, como por ejemplo, colocar parte de una escultura sobre la puerta o bien plotear la heladera con la cara del Che. “La elaboración es variada y se combina con el cliente”, agregó. La magia del diseño único se logra mediante un vinilo con la imagen deseada. Se mide, se prueba y se pega.
Los primeros en animarse a este “arte de vanguardia en la cocina” fueron bares y restaurantes del barrio de Palermo. “Le ofrecemos a la gente, por medio del diseño, que no cambie la heladera porque está rayada o no le gusta el color”, explicó Sebastián, de 33 años, quien aclara que por el momento sólo trabajan por pedidos en su Web, aunque anticipa que abrirán un local en un exclusivo shopping de Buenos Aires en poco tiempo.
¿Quiénes se animan a usar una “heladera biblioteca"? Según contó Sebastián, es difícil introducir este tipo de arte en el mercado ya que “la gente todavía no tiene el concepto de pintar la heladera”. Sin embargo, de a poco se van animando, en especial el público ABC1 (el de mayor podre adquisitivo) y muchas familias que viven en countries.
Para la edición 2009 de Puro Diseño, Arte con Hache se lució como una de la más sorprendentes propuestas de productos customizados ya que, además de su originalidad, fueron destacados por su aporte ecologista. “Arreglamos heladeras viejas, como las Siam, y les instalamos un motor ecológico para que no emitan un gas tóxico, típico de estos artefactos y que tienen un alto costo para el medio ambiente. Los trabajaron rondan los 800 pesos en adelante", remató Sebastián, el hombre que se animó a tunear heladeras. Y vaya uno a saber qué viene después.