Disforia de género, cuando la mentre y el sexo no encajan

"Ni gays ni lesbianas. Sólo un trastorno psicológico que pocos comprenden"

La noticia sobre el chico de ocho años que se viste y actúa como una nena despertó el debate sobre sí “está bien que sus padres lo apoyen en ser gay" a tan temprana edad. Sin embargo, pocos reconocen en este caso algo más serio que lleva a un importante trastorno psicológico distinto a la homosexualidad: la disforia de género.

La transexualidad es un desacuerdo profundo entre el sexo biológico y sexo psicológico o, dicho de otra forma, entre el sexo con el que se nace y aquel otro que la persona siente como propio. “Es nacer con el envase cambiado. El paciente se siente mal con su cuerpo, detesta sus genitales y quiere sacárselos”, explicó el psiquiatra y sexólogo del Hospital Durand, Adrián Sapetti.

La causa biológica por las cuáles una persona sufre este trastorno todavía no se encontraron. Sin embargo, los especialistas que la tratan creen que se debe a una suma de problemas genéticos, más la educación que recibió la persona en su seno familiar y las experiencias de vida.

Para tratarlos, primero y fundamental, hay que estar seguros del diagnóstico ya que muchas veces se puede confundir con otros trastornos. Para ello, se indaga al paciente y se le hace un seguimiento en su vida cotidiana. Cómo actúa, qué siente y la forma en qué se relaciona con los demás.

Luego, con la autorización judicial que avale el cambio de sexo, se lleva a la persona a un tratamiento para hormonizarlo durante uno o dos años y se lo opera. Al mismo tiempo, se recomienda continuar con un tratamiento psicológico para contener a la persona que acaba de pasar por una castración.

“Las mujeres son las que más sufren con esta intervención quirúrgica. Hay que retirarles el útero y las mamas. La operación es mucho más agresiva que en hombres”, señaló el especialista quien además advirtió que, en general, las familias no apoyan este proceso.

Por otra parte, esta transformación de "hombre a mujer", o viceversa, suele confundirse con la homosexualidad y el travestismo. “La diferencia con el homosexual, es que éste desea a una personas de su mismo género pero no quiere cambiar sus genitales, ni operarse. Lo toman más como un juego”, explicó Sapetti.

La historia de Nati



El caso más reciente en la Argentina es el de Nati, la joven que tras una larga lucha judicial pudo cambiar su sexo y convertirse corporalmente en una mujer. Nati, operada en 2007 a los 17 años, logró que el comité de bioética del Poder Judicial de Córdoba recomendara la cirugía, cuyos costos fueron pagados por la Administración Provincial del Seguro de Salud (Apross), aunque el doctor Fidalgo no cobró honorarios.

La joven vive con sus padres Javier y Alicia, su hermano de 21 años y su hermana de 15. Siempre fue tratada como una mujer. “Todo esto vale la pena, porque va a mejorar mi vida, va a cambiar mi cuerpo, no mi sexo: yo siempre fui mujer”, había dicho antes de la operación.